Pasteles, dulces, frutas preparadas y helados son siempre, al final de una comida, una felicidad compartida. El dulce tiene un valor psicoafectivo mas o menos consciente, ligado en parte a los recuerdos de nuestra primera infancia, y la degustacion de un postre se vive a menudo como un instante de placer.
No se requiere necesariamente todos los conocimientos ni el talento de un gran repostreo. Sin embargo hay q cuidar la eleccion de los ingredientes, pesarlos con prescisión, y respetar en todo momento la temperatura y el tiempo de cocción.
Todos los productos o ingredientes que forman parte de la composicion de una receta han de ser de una buena calidad y frescos. Verifique siempre su fecha de caducidad. En cada receta es esencial respetar las proporciones ya que, en pasteleria, queda claro una cosa: no es cuestion de improvisar.
Queda la cocción como etapa final, y conocer bien el propio horno determina en gran medida el exito de una preparación.
En realidad no hay reglas estrictas para elegir un postre; sólo tiene que guiar el deseo de complacer.
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